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Sí, la agroecología si solucionará los problemas del sistema alimentario

Recientemente el periódico El País publicó un artículo bajo el título “No, la agroecología no solucionará los problemas del sistema alimentario”, poniendo en entredicho la evidencia científica que ya existe y poniendo en peligro nuestro futuro como personas y el del planeta.


Teniendo en cuenta que actualmente la agricultura industrial representa un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y es reconocida como una de las causas principales de la crisis climática y de la biodiversidad, se plantea la necesidad de actuar.


Desde Mensa Cívica, sabemos que no es la única solución, pero tenemos evidencias científicas para afirmar que la transición hacia la agroecología es la única forma razonable de avanzar para garantizar la seguridad alimentaria sostenible a largo plazo. Una creencia que ahora está respaldada por diversos organismos científicos:


  • Recientemente, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) incluso concluyó en su informe de 2022 sobre el cambio climático que las prácticas y principios agroecológicos respaldan la seguridad alimentaria.

  • La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su informe “10 elementos de la agroecología. Guía para la transición hacia sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles” también sostiene que “la agroecología […] es un componente esencial en la respuesta mundial a este clima de inestabilidad y ofrece un planteamiento único para hacer frente a los aumentos significativos de nuestras necesidades alimentarias del futuro al tiempo que garantiza que nadie se quede atrás”. Además, indica que “la agroecología no es un invento nuevo. Puede encontrase en las publicaciones científicas desde la década de 1920 y se ha materializado en las prácticas de los agricultores familiares, en los movimientos sociales populares en favor de la sostenibilidad y en las políticas públicas de distintos países de todo el mundo. En los últimos tiempos, la agroecología se ha integrado en el discurso de las instituciones internacionales y de las Naciones Unidas.”

  • Un informe publicado por el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI por sus siglas en francés) en el año 2018 “Una Europa agroecológica en 2050” demostraba cómo la agroecología puede alimentar a una población europea en crecimiento con una dieta saludable y sostenible. Tras este informe, le siguió otro estudio que mantiene que la agricultura agroecológica también puede contribuir a mantener el calentamiento global por debajo de 2° C con una reducción del 47% en las emisiones de gases de efecto invernadero agrícola y la eliminación de 380,000 toneladas de pesticidas por año de la agricultura europea, junto con los beneficios para la biodiversidad, la conservación y la salud humana.

  • Finalmente, por aportar otra evidencia más, IPES-Food, en su vídeo “¿Qué es la agroecología?” lo deja muy claro, “¿Nos quedamos atrapados en el siglo XX? ¿O podemos adoptar la Agroecología para evolucionar en los sistemas alimentarios?”

La FAO define la agroecología como un enfoque integrado que aplica simultáneamente conceptos y principios ecológicos y sociales al diseño y la gestión de los sistemas alimentarios y agrícolas. Su objetivo es optimizar las interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente, mantener la capacidad productiva de los sistemas agrícolas, teniendo en cuenta, al mismo tiempo, los aspectos sociales que deben abordarse para lograr un sistema alimentario justo y sostenible.


Entre otras cosas, la agroecología busca reducir y eliminar el uso de productos químicos sintéticos, utiliza los recursos de manera eficiente para reducir la dependencia de insumos externos, promueve las habilidades técnicas tradicionales y reduce la huella de carbono de la producción, distribución y consumo de alimentos, combatiendo así también la contaminación de el aire, el agua y el suelo.


A diferencia de lo que las corporaciones agroalimentarias y otras personas quieren hacernos creer, existen alternativas a los monocultivos intensivos, contaminantes y hambrientos de pesticidas, y funcionan, pero amenazan sus modelos de negocios y ganancias récord.


De hecho, la agroecología también trabaja en estrecha colaboración con los/as agricultores/as y ganaderos/as para desarrollar y compartir algunos de los desarrollos más innovadores, ayudando a aumentar los rendimientos, controlar las plagas, reducir los riesgos de sequía e inundaciones y desarrollar envases biodegradables para su envasado o esquemas de cajas sin plástico. Encontrar soluciones a los problemas en la cadena alimentaria es una prioridad para un sistema alimentario que se trata de cerrar el círculo.


Con la tarea de alimentar a una población en rápido crecimiento frente a un clima cambiante, los productores y las empresas alimentarias posiblemente se enfrenten a uno de los mayores desafíos jamás vistos  por ello, debemos apoyarles. De hecho, superar estos desafíos para producir alimentos de una manera que funcione con la naturaleza y siga siendo sostenible para las generaciones venideras requerirá una innovación y una cooperación sin precedentes, muchas de las cuales deben ser lideradas por la industria agro-alimentaria.


Como vemos, la transición a la agroecología no es aislada, ya que también debería complementarse con cambios en la dieta, incluyendo un cambio hacia el consumo de productos de proximidad, para reducir movimientos de materias primas y favorecer el consumo de productos frescos y de temporada, poniendo fin a los alimentos ultra-procesados y aumentando el consumo de más proteínas de origen vegetal, como las legumbres.


Para concluir, el sistema agrícola supone muchas amenazas para la salud de la ciudadanía europea, que está en contacto con productos químicos incluso sin quererlo y sobre todo sin elegirlo. Es por ello, que cuando llegue el momento, los ministros nacionales tendrán que escuchar a la evidencia científica veraz, a los/as productores/as agroecológicos (véase la campaña que se hizo desde la Coalición Por Otra PAC de #AlternativasSostenibles) y a la ciudadanía, para tomar una decisión de la que dependerá el futuro de nuestro sistema agro-alimentario.


Yo espero que tomen la decisión adecuada porque en ningún caso me querría ver atrapada en el siglo XX en el que los “negocios de siempre” han demostrado no ser la poción mágica que nos vendían.

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